La cetrería, el arte de entrenar y volar aves rapaces para la caza, es una práctica milenaria que combina habilidad, paciencia y una profunda conexión entre el ser humano y la naturaleza. Originada hace más de 4.000 años, esta antigua tradición ha sido apreciada por diversas culturas alrededor del mundo, desde los desiertos de Medio Oriente hasta las llanuras de Asia Central. La cetrería no solo es una muestra de destreza y conocimiento sobre aves rapaces, sino también una expresión cultural rica en historia y simbolismo. En este artículo, hablaremos de los orígenes y tradición de la cetrería, la actualidad, las especies más comunes en esta práctica y su importancia para el medio ambiente.
Historia y actualidad de la cetrería
El arte de la cetrería se remonta a miles de años atrás. Su origen se remonta a civilizaciones como la egipcia y la mesopotámica, donde se utilizaban aves rapaces para la caza de presas. Esta práctica se extendió por todo el mundo conocido. La cetrería era muy popular durante la Edad Media y estaba ligada a la nobleza y a los potentados. Sin embargo, acabó decayendo con el avance de las armas de fuego.
En un sentido más moderno, la cetrería se refiere a la caza de animales salvajes y en su hábitat mediante aves rapaces entrenadas para tal propósito, como halcones, búhos y águilas. Estas aves son criadas, domesticadas y entrenadas para la caza de presas silvestres en su medio natural. En la actualidad, la cetrería se practica en todas las Comunidades Autónomas españolas y en más de 70 países.
Tradición
Más allá de su uso como práctica de caza, la cetrería también puede ser definida como un arte. Se trata de un arte con una amplia tradición y un significado profundo para muchas personas que la practican. Esto se debe a que para domesticar y entrenar a estas aves se necesitan ciertas habilidades, como la paciencia, la comprensión de los comportamientos de las aves y la capacidad de lograr que ambos actores trabajen juntos como un equipo.
Especies más comunes para la cetrería
Las especies más comunes utilizadas en la cetrería son aves rapaces que poseen habilidades naturales para la caza y la obediencia al entrenamiento.
- Halcón peregrino (Falco peregrinus):
- Es una de las aves más rápidas del mundo y muy apreciada por su velocidad y agilidad.
- Se utiliza ampliamente en la cetrería por su capacidad de capturar presas en vuelo.
- Azor (Accipiter gentilis):
- Conocido por su fuerza y habilidad para cazar en bosques densos.
- Es una de las aves más versátiles en la cetrería, capaz de cazar una variedad de presas.
- Halcón sacre (Falco cherrug):
- Originario de Asia Central, es valorado por su resistencia y habilidades de caza en terrenos abiertos.
- Es un ave robusta y confiable en la cetrería.
- Halcón gerifalte (Falco rusticolus):
- La especie de halcón más grande, nativa de las regiones árticas.
- Muy apreciado por su tamaño, fuerza y habilidad para cazar grandes presas.
- Águila real (Aquila chrysaetos):
- Utilizada en la cetrería tradicional de Asia Central, especialmente en Mongolia y Kazajistán.
- Conocida por su poder y capacidad para cazar grandes mamíferos como zorros y liebres.
Cada una de estas especies tiene sus propias características y ventajas, lo que las hace adecuadas para diferentes tipos de presas y condiciones de caza. La elección de la especie a utilizar en la cetrería depende en gran medida del entorno del cetrero y del tipo de caza que se desea realizar.
Impacto de la cetrería en el medio ambiente
Otra aportación importante de la cetrería en el mundo moderno es su contribución a la conservación activa y sostenible del medio ambiente.
- Con muchas poblaciones de aves rapaces amenazadas por el hombre, la cetrería es una forma efectiva de conservar y restaurar el equilibrio entre los ecosistemas y los animales salvajes.
- Esto es especialmente cierto en el caso del águila, que utiliza la cetrería como una herramienta para ayudar a proteger los ecosistemas urbanos.
- Sin embargo, no se puede olvidar las implicaciones éticas de la cetrería.
- Las personas que practican esta actividad tienen una gran responsabilidad con respecto a la vida silvestre.
- Criadores, entrenadores y cazadores deben cuidar el bien estar de estos animales y también asegurar que los animales domesticados o entrenados no interfieran con la vida silvestre.