Los tarseros (familia Tarsiidae) son unos fascinantes primates que habitan en los bosques del sudeste asiático. Con sus características físicas únicas, su interesante comportamiento y su importante papel en los ecosistemas, estos animales merecen nuestra atención. Aquí aprenderemos todo sobre los tarseros, así que ¡sigue leyendo!
¿Qué es un tarsero?
Los tarseros son una familia de peculiares primates que habitan en el sudeste asiático. Compuesta por 13 especies, anteriormente se consideraba a todas pertenecientes al género Tarsius, pero recientemente se ha reclasificado al tarsero filipino y al tarsero de Horsfield en los géneros Carlito y Cephalopachus, respectivamente. Dentro del género Tarsius, la especie más conocida es el tarsero fantasma (Tarsius tarsier), de la isla Célebes.
Sus características físicas son muy impactantes: por un lado, son muy pequeños, ya que miden solo de 9 a 16 cm (3,5-6 pulgadas) de longitud (sin contar su larga cola) y suelen pesar poco más de 100 gramos. Por otro lado, tiene un pelaje suave, unos ojos grandes (de unos 2 cm de diámetro) que le ayudan a localizar a su presa en la oscuridad, patas muy largas, dedos largos y una garra en cada mano para sujetar a su presa. Con estas características, no es de extrañar que su peculiar aspecto ha generado infinidad de leyendas y supersticiones entre los indígenas.
¿Dónde viven los tarseros?
Los tarseros viven en los bosques tropicales de Indonesia y Filipinas. Por un lado, los miembros del género Tarsius son endémicos de la isla indonesia de Célebes. Habitan en toda la isla, y también en algunas islas que estuvieron conectadas a Célebes durante la última glaciación. Por otro lado, el tarsero de Horsfield habita en Sumatra, Borneo y otras islas menores entre ambas, mientras que el tarsero filipino es endémico de Filipinas.
Para ellos, su hábitat natural debe ser siempre húmedo y con muchos árboles, preferiblemente con poca vegetación para que puedan moverse con agilidad. Son seres arbóreos y necesitan un lugar seguro para dormir y desarrollarse sin ser molestados. Por ello, viven en bosques, selvas y manglares.
Características y comportamiento de los tarseros
Los tarseros son omnívoros, lo que significa que se alimentan tanto de materia animal como vegetal, consumiendo principalmente insectos, animales pequeños, bayas, hojas y a veces pájaros pequeños.
Estos primates son animales solitarios y su época de reproducción se produce en la estación seca, entre febrero y junio. También son nocturnos, por lo que durante el día descansan en los troncos de los árboles o en nidos viejos hechos por termitas o murciélagos. Durante la noche, en cambio, utilizan su excelente visión y oído agudo para cazar a sus presas.
Estado de conservación de los tarseros
El hábitat natural de los tarseros está amenazado por la actividad humana. La deforestación es la principal causa de su disminución y destrucción. Por lo tanto, es importante ser consciente de nuestro impacto ambiental y ayudar a preservar el hábitat natural de estos animales.
El tarsero fantasma, por ejemplo, ha sido catalogado como especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que significa que su población ha disminuido significativamente en los últimos diez años debido a la destrucción de su hábitat.
Datos interesantes sobre los tarseros
- Los ojos del tarsero fantasma, en relación con su tamaño corporal, son los más grandes de todos los mamíferos. Su vista es tan potente que puede ver incluso un insecto de 2 cm a 10 metros de distancia.
- Tienen un oído muy agudo, con capacidad para oír hasta 100 kHz (la tasa más alta de cualquier mamífero).
- La cola de un tarsero puede crecer hasta los 35 cm y tener entre 25 y 30 vértebras (más que en una columna vertebral de un humano adulto). Además, la cola es prensil y le ayuda a equilibrarse mientras salta entre ramas en su hábitat arbóreo.
- Los tarseros nacen tras un periodo de gestación de sólo seis a siete semanas y se desarrolla rápidamente. Las hembras pueden dar a luz hasta cinco veces al año.
Conclusión
Los tarseros son animales sorprendentes, con características físicas únicas, un estilo de vida interesante, y un papel clave en los ecosistemas del sudeste asiático. Desgraciadamente, debido a la destrucción de su hábitat, su población está disminuyendo rápidamente. Por eso es importante ser consciente de nuestro impacto medioambiental y ayudar a preservar y proteger su hábitat natural.